Un informe realizado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), con datos de una encuesta de la compañía de investigación Nielsen, revela que el compromiso de los consumidores con los medios es alto, aunque aún son una minoría los que pagan por los contenidos de esos medios.
La mayor parte de los encuestados (el 90% para los contenidos de
entretenimiento y el 80% para los informativos) consumen casi 24 horas de
contenidos a la semana. Al mismo tiempo, casi el 60% de ellos ha llevado a cabo
alguna forma de registro.
En cuanto a los datos de los usuarios de pago, el 16% pagan por
contenidos informativos y cerca del 44% los hacen por los de entretenimiento.
Interrogados sobre su posible comportamiento futuro, el 53% de los
encuestados cree que pagará por información y el 70%, por entretenimiento.
En cuanto a la distribución por edades, los jóvenes entre 16 y 34 años
están más dispuestos a pagar por contenido, aunque la tendencia varía en
función del poder adquisitivo. En realidad, cerca del 61% ya consumen contenidos
de entretenimiento de pago mientras que el 17% lo hace de tipo informativo, ambas
cifras por encima de las medias de la población en general. Al mismo tiempo,
cuanto mayores son los ingresos, o el estatus socioeconómico de los
encuestados, mayor es la proporción de consumidores de contenido de pago.
El informe destaca que la monetización de la producción de contenidos
aún no ha encontrado un modelo plenamente funcional. Sin embargo, también señala
que el éxito de algunos proveedores de contenidos demuestra que los pagos por
parte de los consumidores pueden convertirse en una alternativa real al modelo
de financiación por publicidad. Esta tendencia sugiere que la concienciación
por parte de los consumidores de su rol en la financiación de la producción de
contenidos está creciendo. Al mismo tiempo, la encuesta demuestra que los
usuarios también consideran que los gobiernos y administraciones deberían
asumir un papel más preponderante en la financiación de noticias.
La guerra entre plataformas de streaming podría estar ocultando el
desarrollo de cierta estratificación entre medios de “destino” y medios de
“ecosistema”. Los primeros serían las compañías que se dedican a proporcionar
contenidos a los usuarios para su consumo mientras que los segundos utilizarían
el contenido como canal para comercializar una oferta de productos o servicios
mayor.
En la parte final del informe se analizan los cambios estratégicos en la industria de los medios que merecen seguir siendo estudiados: la arquitectura de pagos, los podcasts y los entornos publicitarios.
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